Jalpan de Serra: los altares pames de noviembre

En medio de parajes serranos y arquitectura de las misiones, aparece entre las montañas de la Sierra Gorda el Pueblo Mágico de Jalpan de Serra. Esta tierra, escogida por los pames, se convierte en un ritual ceremonial durante el mes de noviembre, el mes del tamal, mismo que representa la fiesta de Todos Santos. La celebración dura aproximadamente un mes e inicia con el montaje del altar. Los hombres son los encargados de elaborar un arco de carrizo y flores que simulan la entrada al cielo; las mujeres lo adornan y también preparan los alimentos para la ofrenda: tamales, gordas de horno, frutas, café, agua, calabaza cocida, chayotes, plátano, maíz, elote y pan. En el altar doméstico, la Virgen de Guadalupe es el elemento central.

La mayoría de los altares tradicionales pames se soportan con troncos y tablas de madera cubiertas con manteles. En ellos descansan imágenes de distintos santos y vírgenes, redentoras e intermediarias entre vivos y muertos. En el piso, bajo la mesa, se coloca el sahumerio con copal que se prende los días de fiesta para purificar el espacio y convocar a los difuntos. El altar comprende tres dimensiones: el arco es la entrada al cielo; la parte central, representada con imágenes y ofrendas, significa el mundo de los vivos; y el piso, dimensión asociada al mundo de los muertos, representa lo desconocido.

Los pames consideran tres momentos trascendentes de la celebración de muertos: del 1 al 3 de noviembre cuando preparan el altar, la comida y es la velación; del 8 al 9 hacen un novenario donde vuelven a preparar alimento para ofrendar; finalmente, el último día del mes cuando despiden a sus difuntos y es preciso hacer platillos para las almas de los niños y de los adultos pues juntos partirán y volverán hasta el otro año.

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This post was written by Kenia Pérez