Saltillo y su Festival de las Ánimas del Desierto

Pareciera igual como en muchos lugares del país, panteones adornados, ofrendas caseras; sin embargo, el Día de Muertos en la capital coahuilense tiene la particularidad de ser comunitaria. A partir del 31 de octubre y hasta el 2 de noviembre, las escalinatas del Barrio Santa Anita comienzan su transformación; en sus 150 peldaños cobra forma la ofrenda monumental de  siete pisos donde empresarios, cocineras tradicionales, colectivos y todos los saltillenses forman y se apropian de la ofrenda más grande de Coahuila.

Desde el primer día, la gente coloca, a lo largo de las escaleras, las fotografías de sus difuntos, acompañadas de una vela, el guiso preferido, un dulce y una fruta fresca.

En cada piso hay un elemento representativo: xoloitzcuintle, el perro que ayuda a llegar a las almas al Mictlán; mariposas, esas mensajeras que vuelan entre el mundo de los vivos y muertos; búhos que ahuyentan las ánimas negativas. Cada espacio es pintado de aserrín y pétalos de cempasúchil que forman imágenes alusivas a la celebración; las cadenas de papel morado y el papel picado con sus distintas tonalidades también visten esta gran ofrenda.

Y mientras en el Barrio Santa Anita, el más antiguo de la capital, se mantiene esta tradición; en las calles del centro se vive el colorido desfile Xantolo: carros alegóricos iluminados, elegantes catrinas, traviesos diablos, delicadas damas de blanco, todos recorren las calles desde la plaza del Congreso hasta la Alameda. Es ahí donde tiene lugar la danza de los matachines al ritmo del tambor; la venta de pan de muerto, tamales y atole; hay talleres para hacer árboles de la vida, armar la calaverita y crear una catrina.

Durante estos días se ve el ir y venir de la gente en los panteones de Santiago, San Esteban y Dolores; lucen cubiertos de flores e iluminados en una alfombra de veladoras. Respetuoso, festivo, solemne; los familiares les rezan o les llevan tríos musicales que entonan las canciones preferida en vida de los difuntos.

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This post was written by Kenia Pérez