Los conquistadores de tierras queretanas han luchado por preservar lo poco que queda de su pueblo. La llegada de las ánimas es la fiesta que durante noviembre motiva a los minuetes a tocar entre las tumbas y a ofrendar con tamales y atole.
Con profundas raíces milenarias se reviven en los valles centrales la fiesta de los muertos; con una mezcla de olores de flor, chocolate, mezcal y mole reciben a las almas que llegan del más allá.
Aromas especiales con ingredientes de la región son los regalos con los que este pueblo mixteco recibe a sus difuntos.
Altares desmedidos alaban a los familiares recién perdidos, es la manera como se pasa Todos Santos en este pueblo del centro del estado.
Una alfombra de flores y un sinnúmero de destellos armonizan el camposanto cada primero de noviembre cuando entre música de banda, la gente recuerda a sus difuntos en cada sorbo de mezcal, en cada bocado, en cada rincón.
Este pueblo mágico se localiza en la sierra norte de Oaxaca; es un místico lugar colgado de las montañas y envuelto en la neblina que caracteriza la zona.
Los wixárica no celebran el día de muertos, sin embargo conciben a la muerte como un suceso sagrado.
Las calaveras de azúcar simulan la cabeza del difunto, también el cuerpo es recreado, se le calza y arropa como si fuera una persona recién fallecida. Con esta dedicación es como la gente de Ocotepec pasa los días de muertos.
Santa Fe de la Laguna es considerada una de las poblaciones purépechas más importantes.
En estas dos poblaciones los panteones se adornan de manera acogedora; son dos de las típicas poblaciones purépechas de la zona lacustre.